
La atención por parte de los camareros fue más que exquisita, la carta muy variada, aunque tengo que decir que alguna de las cosas que pedimos, como chopitos y rabo de toro, no les quedaba. Si aún no os habéis dado cuenta, el rabo de Toro, es una de mis debilidades. La carta de vinos muy extensa y los precios de estos, correctos. El ambiente hospitalario invitaba a la sobremesa. Ahora con el buen tiempo y para el deleite de los fumadores empedernidos, han sacado unas mesas a la calle.
Empezamos
con los entrantes. Aquí tengo que decir, y se que es cosa mía, que es un poco lo de siempre. Últimamente casi que prefiero aperitivos más elaborados de materia prima más modesta, que el jamón ibérico o los caballitos de buenas gambas. Quizás sea porque voy buscando cosas nuevas y el jamón no me va a sorprender, a no ser que sea por malo. Pero como decía fuimos a comer cosas para todos los públicos. Primero unos dátiles con bacon, el secreto esta en si le ponemos almendra, nuez o queso y el gusto de fritura, más o menos frito. Estos llevaban almendra y no hablo de la fritura porque a unos nos gustan poco hechos y a otros mucho. Unos caballitos riquísimos y de buen tamaño, hay sitios donde te ponen "ponys". Unas tortitas de camarones, demasiado grandes los camarones y su piel se hacía incomoda en la tortilla, y un poco sosa y un plato de jamón, que confieso que cuando terminé la tortilla y fui a probarlo había desaparecido, supongo que estaría riquísimo. El vino elegido fue un Ramón Bilbao crianza de 2007.
Los platos fuertes quedaron un poco flojos. El pescado lo hacen a la brasa y el fuerte sabor que les aporta, matan la suavidad del lenguado. Una paletilla de cordero al horno a la que hubo que sazonar, tierna, pero sosa y un filete de Angus para el que también tuve que pedir sal Maldon.
En los postres coincidimos la mayoría, una tulipa con helado de turrón y bañada con chocolate caliente. Una delicia.
Quitando los platos fuertes, que sin estar malos cada uno tenía lo suyo y estoy seguro que fue algo puntual, la onda es un restaurante que merece la pena visitar si lo que buscamos es comida tradicional con un servicio y atención complaciente y productos de excelente calidad, y a un precio muy competitivo. Los experimentos con gaseosa. Un seis alto.
La onda esta en la calle Bando de la Huerta 8 y su telefono de contacto es 968 24 78 82

Empezamos

Los platos fuertes quedaron un poco flojos. El pescado lo hacen a la brasa y el fuerte sabor que les aporta, matan la suavidad del lenguado. Una paletilla de cordero al horno a la que hubo que sazonar, tierna, pero sosa y un filete de Angus para el que también tuve que pedir sal Maldon.
En los postres coincidimos la mayoría, una tulipa con helado de turrón y bañada con chocolate caliente. Una delicia.
Quitando los platos fuertes, que sin estar malos cada uno tenía lo suyo y estoy seguro que fue algo puntual, la onda es un restaurante que merece la pena visitar si lo que buscamos es comida tradicional con un servicio y atención complaciente y productos de excelente calidad, y a un precio muy competitivo. Los experimentos con gaseosa. Un seis alto.
La onda esta en la calle Bando de la Huerta 8 y su telefono de contacto es 968 24 78 82
