Hoy es 17 de noviembre, un día cualquiera si no fuese el tercer jueves de noviembre. Y como cada año, los productores franceses de Beaujolais, lanzan al mercado este vino joven que trae consigo una puesta en escena de nivel mundial inversamente proporcional a la calidad del caldo. El Beaujolais es un vino que solamente lleva unas semanas de fermentación, pero un buen trabajo de comunicación ha hecho posible que de éste, que no podríamos decir otra cosa de él, que peleón, se haya hecho hueco en el calendario enológico mundial.

Pero como los franceses saben de ventas tanto como de vinos, han hecho del Beaujolais Nouveau, una fiesta que han sabido exportar para vender un "vin ordinaire" a muy buen precio, pero que a la hora de consumir, lo repudian y se decantan por otros caldos más atractivos. Lo visten elegantemente, lo empaquetan con la ceremonia del tercer jueves de noviembre y lo exportan a todos los rincones del mundo.

De regreso a casa he pasado por delante de dos tiendas de delicatessen, y en una de ellas, tenían puesto un cartel que anunciaba que Le Beaujolais est arrivé. Esa era la única referencia. Ni que decir tiene que el ambiente no era ni la sombra del que había vivido un rato antes frente a La Lechera de Burdeos, donde gracias a iniciativas como esta, obra de Comunicación Comestible, se han convertido en un referente gastronómico de nuestra ciudad.
Pero ese no ha sido la única buena noticia gastronómica de esta tarde. En el Corte Ingles he visto que han empezado a vender los Panettone de Paco Torreblanca, como dice la propia caja, ¡ Increíble! Lástima que tardes como esta no se den más a menudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario