Con esto del verano, las
vacaciones y que aquí a todo el mundo le ha dado por tener nombres cuya
onomástica se celebra en los meses estivales, no paramos de tener comidas y
cenas que aprovechamos para poner en práctica recetas nuevas. Lo mismo la
crisis ha hecho que donde antes invitaban a restaurantes, hoy todo quede en
casa. En esta ocasión coincidían comensales con la cena en la que hicimos la
quiche de morcilla, por lo que no era buena idea repetir receta. Para esta cena,
tomamos la idea de un plato que Frank había hecho en una ocasión, procedente de
mercado Calabajío, aunque además de diferenciarse en el nombre, también en
algunos ingredientes, pero la idea surge de allí. Viendo la receta por
encima, la dificultad que presentaba era escasa y bastante rápida de preparar.
Eso sí, otra vez nos empeñamos en hacer la masa casera. No es que tengamos
nada en contra de las marcas de masa quebrada, pero la casera creo que queda
mejor. La masa, fue la misma que la de la quiche de morcilla.
Los Ingredientes.
Para la
masa quebrada:
60 grs. de mantequilla.
60 grs. de manteca de cerdo.
1 huevo.
1/2 cucharada de sal.
1/2 cucharada de azúcar.
1 cucharada
de pimentón dulce.
Para el relleno:
3 cebollas
grandes.
175 grs de bacon ahumado.
4 huevos
1 brick pequeño de nata y un chorrito de leche.
Sal y pimienta
75 grs. de queso (Cheddar o Emmental).
175 grs de bacon ahumado.
4 huevos
1 brick pequeño de nata y un chorrito de leche.
Sal y pimienta
75 grs. de queso (Cheddar o Emmental).
La Faena.
Para la masa hemos hecho
exactamente lo mismo que hicimos en la quiche de morcilla. En un bol hemos ido
poniendo todos los ingredientes y amasando hasta conseguir una masa homogénea
que liaremos en papel film y meteremos en la nevera al menos media hora para
conseguir que se asiente.
Mientras en una sartén, pochamos
a fuego muy flojo las cebollas cortadas en julianas y sazonadas. Lo que
pretendemos con esto, es caramelizarlas y que queden doradas y jugosas para
nuestro relleno. Cuando las cebollas estén casi a punto, añadimos el bacon y le
echamos pimienta. Es aconsejable limpiar el bacon quitándole el exceso de
grasa.Todos estos pasos, nos pueden llevar una hora. Tiempo que podemos emplear en cortar
el queso en dados pequeños y extender la masa en un molde enharinado, para
evitar que se pegue. Debe sobresalir un poco para que nos sirva de envase del
relleno y antes de hornear, debemos pinchar, proteger con papel aluminio y
cubrir la superficie con peso (garbanzos), para evitar que se deforme. Lo
llevamos al horno precalentado a 180º y lo dejamos unos 20 minutos.
Mientras se va cociendo la
masa, seguimos con el relleno. En un bol, se baten los huevos, sazonamos e
incorporamos el sofrito de cebollas con bacon, los dados de queso, en esta
ocasión he utilizados Emmental, el brik de nata, el chorrito de leche y movemos bien. Solo
falta corregir de sal y listo, a por el último golpe.
Sacamos la masa del horno y
sobre ella repartimos lo más homogéneo posible, el relleno. Lo debemos extender bien y con cuidado, lo
llevamos al horno a terminar la cocción. El primer cuarto de hora, es
aconsejable usar solamente calor inferior a 180º. Pasado este tiempo, lo
dejamos 35 minutos más a 180º con calor superior e inferior, hasta conseguir un
aspecto dorado. A igual que la quiche de morcilla, o las empanadas,
debemos sacarlo del horno con tiempo para que se atempere, pues muy caliente no
lo disfrutamos como se merece. Después de haber hecho las dos recetas, y probarlas, no sabría decir con cual me quedaría. Eso sí lo que tengo claro es que la masa casera, siempre que tengamos tiempo, es muy preferible a la industrial.
2 comentarios:
que buena pinta!! la hare en cuanto pueda pero la masa quebrada la comprare hecha porque asi ahorro tiempo... jeje. me encanta la salsa carbonara asi que seguro me encantara. saludos y encantada!
Muy buena..aunque me gusta mas con morcillica....
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