Láminas de berenjena. |
En el mundo de la gastronomía,
como en la vida, hay todo tipo de actitudes ante las que afrontar el día a día.
Hay restaurantes que apuestan por practicar una cocina tradicional de platos de
cuchara, arroces y producto de mercado. Están los que apuestan por una cocina
de vanguardia comprando los equipos más sofisticados que se encuentran en el
mercado, hornos roner, cocción al vacío o incluso liofilización y contratando
cocineros y sumilleres que hayan pasado por los fogones y salas de algún
restaurante estrellado. También están los que no se complican mucho y ofrecen
productos de calidad que no necesita mucho tratamiento y hay otra opción que
busca un resultado óptimo ofreciendo lo que busca la mayoría sin ningún tipo de
complicación. Locales montados con una fuerte inversión económica que buscan resultados
a corto plazo consiguiendo poner, en poco tiempo, su local entre los
restaurantes de moda de la ciudad con una formula bastante simple que consiste en
alquilar un local muy céntrico, decorarlo con gusto y ofrecer una carta con
pinceladas de cocina internacional apta para todos los públicos a precios muy
ajustados. Aquí nos podemos comer lo mismo unos huevos fritos, que un tataki de
atún y porque aún no han metido el sushi.
¿Es esto una crítica? Yo creo que
no. Es simplemente el desarrollo de una teoría o la constatación de un hecho.
Pongamos el ejemplo de este restaurante, La Mary. El grupo Andilana abrió ya
hace unos meses esta franquicia de cocina mediterránea en pleno centro de
Murcia con una decoración muy cuidada donde predominan los tonos blancos con
toques tradicionales intercalados con los marineros creando un ambiente muy
agradable para compartir una comida con amigos, compañeros, familia o incluso
si buscamos algo de romanticismo. A mí me gusta mucho la decoración, tanto la
exterior con esas lámparas que iluminan la calle González Adalid, como la
interior donde destacan la puerta acristalada de acceso, las heterogéneas lámparas,
y las botellas de cristal soplado. ¡Me encanta! Los inconvenientes que puede
tener son que, las mesas están muy cerca unas de otras y que los comensales de
las mesas de las ventanas están de escaparate a la calle. Aunque en este caso basta
con decir que no se quieren esas mesas y listo. Lo de la cercanía de las mesas
es más complicado.
Risotto. |
La última vez que fuimos, pedimos
varios entrantes al centro. Empezamos con unos nachos acompañados de humus con
sésamo y de guacamole. Quizás las cantidades se quedan un poco escasas.
Seguimos con unas láminas de berenjena fritas con miel de caña que estaban un
poco pasadas y llevaban poca miel. No dudaron en traer más, aunque más parecía miel
de abeja que de caña. Lo mejor de la noche fueron los corazones de alcachofas
con virutas de foie y caramelo y el vino. Pedimos El Pícaro, el vino joven de
la colección Matsu de la D.O. Toro, un viejo conocido con el que nunca se
falla. Aquí los vinos los tienen a un buen precio. Se puede comer con buenos
vinos sin disparar la cuenta final. Los últimos entrantes fueron unos calamares
a la andaluza con mayonesa de tinta que junto a las berenjenas fue lo más flojo
y un risotto con parmesano y trufa. La idea de los calamares es muy buena, pero
no la acompañan ni la calidad ni el sabor de la mayonesa de tinta. Terminamos
pidiendo unos filetes de presa con salsa de vino dulce y pasas acompañada por
unos cubos de polenta frita, y trigueros. ¿Qué que es la polenta? Originaria de
la cocina italiana, se trata de una especie de gacha de harina de cereal,
normalmente maíz que se sirve con multitud de platos.
Presa de Ibérico con salsa de vino dulce. |
Los postres que probamos fueron dos,
una copa de mascarpone con nata, fresas y té verde en texturas y la espuma de
yogur griego con chutney de mango. ¿Qué que es el chutney? En la cocina india,
es una especie de puré que se usa como acompañamiento a buñuelos u otros platos.
En este caso se trata de un puré de mango que da sabor al yogur.
Salvo por las cantidades servidas
en cada ración que nos parecieron escasas, todo estaba bueno. Aunque la calidad
del producto no es de primera, entiendo porque este restaurante siempre está
lleno, de hecho, una semana antes intentamos reservar y nos fue imposible.
Decoración exquisita, trato eficaz y cordial, puede que un poco cercano de más
en alguna ocasión, comida aceptable y buen café a un precio muy competitivo es
una fórmula que no suele fallar. Tocamos a menos de 20 euros por persona,
aunque es cierto que no todos tomamos postre y el plato principal fue
compartido. A pesar del indudable triunfo, tienen cosas que pulir. No es de
recibo que en un restaurante de este nivel y cuando aún se encuentran los
clientes cenando o en la sobremesa, los camareros saquen junto a ellos, por la
puerta principal del local, la basura de la cocina. Las formas hay que
guardarlas hasta el final.
Restaurant La Mary.
C/ Gonzalez Adalid, 13. 30001 Murcia.
C/ Gonzalez Adalid, 13. 30001 Murcia.
Teléfono 968213646.
3 comentarios:
Parece un sitio interesante, he oído hablar bastante de este local, habrá que ir a probarlo. Por cierto ¿qué tal estuvo el risotto?
Como casi todo. No es el mejor que he probado pero estaba bueno. Llevando queso es difícil que esté malo
Yo he ido dos veces y algunos platos estaban incomibles, a mí no me pillan más. No entiendo el éxito, me parece pésimo. Ah y el olor cómo a marisco cocido q invade todo el restaurante. No vuelvo!
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